Yarrington, y ¿Cuantos más de los que en este momento son gobernadores?

Los virreyes del poder, a esos que llamamos GOBERNADORES han mostrado su hambre desmedida por el dinero y  la forma de robar y apropiarse de los recursos del erario público. No lo hacen solos, ya que son parte de grupos que ellos encabezan y a los que ordenan el hacer los movimientos y al final protegerse unos con otros. Alterar documentos, quemarlos y maquillar las cifras que sean necesarias para garantizar la “desmedida fortuna” que se echan en la bolsa.

Tamaulipas, Coahuila, Veracruz, son tan solo algunos de los estados en donde sus gobernantes, han defraudado al erario y siguen sin  dar la cara ante la ley. Lo grave es que no hay los mecanismos institucionales y legales para controlarlos durante su mandato, en el mismo momento en que están “fraudeando al pueblo”, robando, mintiendo, declarando cifras y obras que no existen, que no se hacen y que mucho menos valen lo que anuncian. La colusión con el crimen organizado es con la anuencia de los procuradores en turno, los fraudes y uso indebido de los recursos, es con la anuencia de los secretarios de finanzas, y así, la gama de irregularidad forma parte de la camarilla en el poder, de esa que dice servir a la gente y que en realidad, se sirve de la gente.

Foto. “el comunistas”

Las instituciones en México están desacreditadas,  los mismos políticos que las representan las denigran y con los hechos se burlan de ellas, nos muestran que se pueden coludir, fraudear a la gente y después eludir a la justicia. Los mexicanos requerimos castigo, la aplicación de la ley a todos aquellos que han cometido un delito y su inhabilitación para ejercer la “carrera pública”. Cero tolerancia a las huestes políticas que avalan los fraudes como grupo y que después insertan a los delincuentes, en la misma esfera administrativa que controlan. MIENTRAS TANTO LA MONEDA ESTÁ EN EL AIRE